De las malas interpretaciones y otras historias...
Mi maestro ese día me estaba mirando a los ojos, me miraba a través de ojos chispeantes, de pupilas dilatadas.. Eran los ojos del maestro que ese día me miraba desde los ojos de un amigo, de un amigo que en ese instante se estaba tornando enemigo. Estaba empezando a parecerme impertinente con su siniestra manía de tomarse las cosas con calma... La calma... Interesante aliado cuando se trata de propagar por doquier la pandemia de la nueva era y la mirada desde otros niveles de conciencia, pero yo, ese día no disponía de ella para predicar con el ejemplo pues pronto llegaría el 2012, no estamos como para perder el tiempo pensaba... Como si el tiempo existiese... No hace falta que os explique nada más a cerca de mi incongruencia en ese momento...Yo le estoy explicando no se cuantas cosas, la necesidad de preparar tal curso, tal cosa... No recuerdo exactamente... En mitad de mis quejas el maestro intensifica la profundidad de su mirada, sus pupilas se encogen y clava su mirada en mi y sus ojos me atraviesan como el filo de una espada, sin inmutarse ante mi charlatanería... De repente me siento invadida, me siento amenazada... Me estás desafiando? Pregunto...Te estoy bendiciendo, contesta...
Pues bien... Esto nos ocurre más veces de las que pensamos y cuando es al contrario y me interpretan un regalo de amor y bendiciones como un ataque, me acuerdo de este amigo que se prestó ese día para facilitarme esa experiencia. Seguramente me contestaría...Bueno! Ahora sabes cómo me siento...
Pues bien... Esto nos ocurre más veces de las que pensamos y cuando es al contrario y me interpretan un regalo de amor y bendiciones como un ataque, me acuerdo de este amigo que se prestó ese día para facilitarme esa experiencia. Seguramente me contestaría...Bueno! Ahora sabes cómo me siento...
Comentarios
Publicar un comentario